Luego de un año de muchas emociones, muchas vivencias, muchísimo aprendizaje e incorporación de nuevos conocimientos, donde me estrené como comerciante autónoma en un país con la economía destruida, conocí personas maravillosas, despedí algunas también. Me reconocí como una gran creadora y me identifiqué como una RE unidora es que les comparto mi reflexión y deseos para el nuevo año que comienza.
Desde tiempos inmemoriales, casi diría que por biología los humanos necesitamos la dualidad, la división. En algún punto creo que la necesitamos para reconocernos como individuos, para vernos en el espejo del otro y así conducirnos hacia la evolución. Pero ahora quería reflexionar acerca del lado “oscuro” de estas posibilidades. Hoy quiero reflexionar acerca de la necesidad imperiosa que tenemos los humanos de alimentar la brecha.
Antes se escuchaba: boca/river, católicos/judíos, pobres/ricos… los de acá/los de allá, los vegetarianos y los que comen carne, los que tienen un sueldo fijo y los que necesitan salir a buscar el pan. Ni hablar en el caso de las mujeres con tanta bajada de línea que tenemos (la rubia /morocha, la joven/vieja, la casada/soltera la que quiere tener hijos la que no) En la política y en la economía mejor ni me meto! jajaja y muchos etc. Pequeñas grandes batallas de alcances inimaginables.
Ahora estamos en lo que llamo la “batalla final” y es en donde estamos todos contra todos y ya lo anterior prácticamente es una nimiedad con respecto al contexto actual. Las frases de moda son “vacuna si, vacuna no” “gente que cree que esto es un experimento y gente que no”
El alcance de la brecha entre los humanos hoy es a escala global, no tiene precedentes. Nos intercepta a todos en todos los planos y niveles, no hay lugar del planeta ni lugar recóndito de nuestra emocionalidad y de nuestra psiquis que no haya sido alcanzado por lo que estamos viviendo. Creo realmente que somos muy ingenuos al pensar que esto no va a tener repercusiones en el futuro (espero que sea lo que necesitamos para dar un paso más en nuestra evolución hacia seres más espirituales, empáticos, conectados, amables) Pero son deseos, tengo mis serias dudas por momentos.
Y me pregunto… ¿Quién se beneficia con esta brecha, con esta batalla? Porque yo no veo beneficio alguno, ni para mí como individuo ni para mis seres queridos ni para mis conocidos ni para la sociedad, ni para la humanidad! Más bien todo lo contrario… solo veo destrucción, juicio, relaciones rotas… Tristeza existencial siento cuando lo pienso. Me dan ganas de mudarme de galaxia, de ser una planta… quizá el ser menos empática y sensible me lo haga más fácil, no se…realmente no lo sé
Así que mis deseos para el próximo año son muy sencillos… Nos deseo repensarnos, nos deseo trabajar en nuestra compasión, nos deseo ser empáticos con el otro. Nos deseo comprensión, tomar un minuto de nuestra vida y ponernos en el lugar del otro…¿Porque decide eso? Porque dice aquello? Que me motiva a querer “conquistar” al otro con mis convicciones? Para que lo hago? Cuál es mi real interés en “colonizar” al otro? Alimentar mi ego? Que seamos mayoría? Mayoría de qué? Por que cuando seguimos alimentando la brecha (la que sea) solo hay una salida y es la destrucción del que piensa diferente. Solo eso, nada más. DESTRUCCION. Y donde queda la CONSTRUCCION?
Acaso no sería más constructivo que aceptemos nuestras diferencias? Que aceptemos que el otro no sabe lo que sé yo, no vivió lo que viví yo y tiene tanto derecho como yo a pensar diferente y a actuar diferente!
Porque nos empeñamos en lo contrario? Para qué? Que ganamos?¿Alguien gana algo?
A partir del 2022 nuestro proyecto es seguir contribuyendo a achicar la brecha… Sea la que sea! Esto no es una competencia. Hoy está comprobado por la ciencia que lo que nos hace evolucionar como especie nunca fue la competencia, sino la colaboración como especie y entre especies.
Así que por mi parte planeo seguir dando lo que puedo, lo que tengo, lo que sé desde mi pequeño espacio, para que la brecha sea cada vez más estrecha. Y es que creo que los grandes cambios realmente se dan desde el propio lugar y de la contribución de cada uno de nosotros, no tenemos que esperar que el mundo cambie.
Nadie nos debe nada, en todo caso tenemos el deber de ser nosotros, como humanos ser los agentes del cambio que queremos experimentar. Cada uno desde donde esta, desde lo que pueda, desde lo que tenga.
Nos propongo para este nuevo año que comienza:
Hablar sin criticar
Acompañar sin juzgar
Escuchar sin opinar
Entender antes de reaccionar
Sugerir sin el apego a que el otro haga al pie de la letra lo que le digo.
Aceptar que el otro no está para complacerme (ni mi pareja, ni mis hijos, ni mis padres, ni la sociedad) Que nadie tiene el deber de hacer lo que nosotros le proponemos.
Abrazar, apagar el celu, más cafés y menos chat, jugar, mirar a los ojos, mas picnics, mas encuentros, mas baile, mas cielo. Decir lo que siento, lo que me pasa, lo que me da miedo, lo que me afecta. Lo que a MI me pasa, lo que YO siento, como YO me siento. Es de la única forma que otro puede empezar a entenderme.
Les aseguro que SU mundo va a cambiar! Y si cambia tu mundo, cambia EL mundo.
Samy Otero – 17/12/2021